«Lo que hacemos es más importante que lo que decimos»
Kimberlee Crenshawn
Introducción
Elijamos saber, elijamos conocer, elijamos actuar y ser parte de un mundo que constantemente cambia a nuestro alrededor, a partir del reconocimiento de cómo nuestras cuerpas están y se desarrollan en comunidad. El contenido de este módulo proponer una guía de acciones y prácticas en pos de la prevención y erradicación de las violencias por motivos de género y diversidades, así como el comprender la multiplicidad de factores que inciden en el concepto de salud sexual y (no) reproductiva. Pretendemos fomentar el activismo en defensa y garantía del derecho al goce, al placer y al cuidado de nuestros cuerpos, incorporando herramientas conceptuales que apunten a identificar las violencias por motivos de género y diversidades.
Por Ezequiel Barboza y Agustín Quintá Orobio
Nuestras cuerpas* vienen a tomar un rol protagonista al momento de relacionarnos y socializarnos, aparece esa “primera impresión” frente a les demás y es a través de la cual nos apoyamos para comunicarnos con el mundo exterior. Nuestras cuerpas nos acompañan en todo momento. Nos movemos en el mundo, vamos a estudiar, trabajar, tenemos encuentros sexuales, vamos a una consulta médica, corremos, caminamos, bailamos, entrenamos, hablamos, gozamos y amamos.
[learn_more caption=»Cuerpas»] Cuerpas: ¿Te molesta “cuerpa”? ¿Te molesta “útera”? Perfecto. Esa era la intención. Porque a nosotras también nos molesta un diccionario misógino y machista, la publicidad en la que somos meros objetos, la exclusión de las voces de poder, la comunicación agresiva y violenta. Y por eso hemos tomado la determinación de nombrarnos con nuestros propios códigos, para deformar el lenguaje que históricamente invisibiliza a las mujeres y a las disidencias. (Feminarian).[/learn_more]
Entendiendo al cuerpo como un fenómeno social, cultural e histórico el cual no existe en estado puro, si no, en contacto con su entorno y conformándose a través de la interrelación con el mismo, podemos dar cuenta como todas nuestras existencias son sostenidas por él, por fuera de la biología, entendiendo a estos como nuestra herramienta de “presentación hacia el mundo”, una especie de lienzo maleable y dinámico que se encuentra atravesado por múltiples factores y vivencias.
Nuestras cuerpas son atravesadas por distintas vivencias y etapas de crecimiento; el transitar de la niñez a la adolescencia y hacia la adultez, en este transitar suceden distintos eventos y momentos como pueden ser: marcas por crecimiento, estiramiento o ensanchamiento de la niñez a la adolescencia, golpes por caerse haciendo algún deporte, jugando o andando en bicicleta, quemaduras, raspones, cicatrices por una operación, modificaciones por una transición de género, embarazos, abortos. Así mismo, las cuerpas toleran distintas situaciones desde las más simples como hacerse un piercing o tatuaje hasta algunas no tan agradables y complejas como lo son las marcas por haber sido víctima de violencia.
Al entender las cuerpas como fenómeno social no podemos dejar de lado la interseccionalidad, entendida como el fenómeno por el cual cada individuo sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales. Este enfoque comprende que las diferentes construcciones sociales como el género, etnia, clase, orientación sexual, no son naturales y se encuentran interrelacionadas:
“El análisis interseccional tiene como objetivo revelar las variadas identidades, exponer los diferentes tipos de discriminación y desventaja que se dan como consecuencia de la combinación de identidades. Busca abordar las formas en las que el racismo, el patriarcado, la opresión de clase y otros sistemas de discriminación crean desigualdades y estructuran las relaciones sociales. Toma en consideración los contextos históricos, sociales y políticos y también reconoce experiencias individuales únicas que resultan de la conjunción de diferentes tipos de identidad”. (AWID; 2004)
A fin de cuentas y como paradigma teórico, la interseccionalidad nos permite entender situaciones de opresión, de privilegio y de derechos humanos en todas partes del mundo:
“La discriminación racial no siempre afecta por igual a las mujeres y a los hombres, ni de la misma forma. Hay circunstancias en que la discriminación racial afecta única o principalmente a las mujeres, o las puede afectar de manera diferente, o en un grado distinto, que a los hombres. Estos tipos de discriminación racial pueden pasar desapercibidos si no se reconocen y reivindican explícitamente las diversas experiencias de la vida de mujeres y de hombres, en los ámbitos público y privado de la vida colectiva”.
Para dar cuenta de ello, daremos un ejemplo:
Le profesorx encuentra fumando en los baños del colegio a Lucia, una chica de 15 años blanca cis y heterosexual junto a Sofía, su compañera de clase, una chica de la misma edad afrodescendiente perteneciente al colectivo LGBTNBIQ+ que estaba por encender un cigarrillo. Al estar prohibido fumar en un ámbito educativo, siendo menores de edad les directivxs deciden expulsar a Sofía y darle dos semanas de suspensión a Lucia.
Para analizar y debatir en conjunto: ¿Les parece correcto el accionar de les directives? ¿Qué medidas tendría que haber tomado la institución educativa? ¿En este acto de discriminacion se contempla la interseccionalidad? ¿Por qué Lucía no fue igualmente expulsada o Sofía suspendida?
La interseccionalidad es como una brújula que responde a todos estos interrogantes.
El análisis intersectorial nos ayuda a dilucidar, comprender y complejizar las problemáticas de todas estas existencias que muchas veces no tenemos en cuenta –no por maldad, sino por desconocimiento o por la misma sociedad capacitista, heteronormativa, colonial y patriarcal en la cual vivimos y que las margina sistemáticamente- por eso mismo, es sumamente importante pensar y re-pensar una ESI/EIS desde una perspectiva interseccional basada en los derechos humanos, la perspectiva de género y la prevención del estigma, la discriminación y las violencias.