¿Cómo surge la violencia?

Toda persona que se encuentre por fuera de los parámetros de normalidad impuestos por la sociedad de consumo -ser cisgénero, heterosexual, neurotípico/a, de raza blanca, perteneciente a una cultura occidental, con un modelo de cuerpo hegemónico-, queda invisibilizada y marginada, en mayor o menor medida, de los discursos y de las representaciones que nos rodean a diario en la escuela, en el trabajo, en los medios masivos de comunicación. Esto es producto de la educación que recibimos desde que nacemos, que diferencia de forma excluyente y dicotómica lo que es “femenino” y “masculino”, y todo aquello que no encaja con los intereses económicos y políticos de determinados sectores (Mesa de Jóvenes de Argentina, 2022). Entendemos que existe un sistema social, cultural y político basado en la desigualdad, la discriminación y la sumisión de aquellas personas que no se adaptan a lo “normal” y/o “deseado”. Este sistema se puede denominar como régimen patriarcal, cisexista y biologicista.

En efecto, las identidades y corporalidades diversas, es decir, que se salen del “modelo ideal” en torno a las construcciones sociales como: el género, la orientación sexual, la etnia, la raza, la clase social, la ideología política; y por otro lado las características físicas y cognitivas, son violentadas sistemáticamente de formas más o menos explícitas. Y estas violencias a su vez constituyen una violación a los derechos humanos, lo que para los Estados se traduce en un conjunto de obligaciones específicas, acordadas por el derecho internacional. 

Las violencias por motivos de género y diversidades se constituyen como una problemática multicausal y compleja.

Estas violencias nos afectan a todas las personas de distinta forma, y su manifestación más cruel y extrema se refleja a través de los femicidios, transfemicidios y crímenes de odio que en toda Latinoamérica alcanzan cifras alarmantes.

¿Qué es la interseccionalidad?

La perspectiva interseccional se entiende como el fenómeno por el cual cada individuo sufre opresión u ostenta privilegio en base a su pertenencia a múltiples categorías sociales. Este enfoque comprende que las diferentes construcciones sociales como el género y aquellas que mencionamos anteriormente, no son naturales y se encuentran interrelacionadas:

¿Cómo nace el concepto?

El concepto de interseccionalidad fue acuñado en 1989 por la abogada afroestadounidense Kimberlé Crenshaw, en el marco de la discusión de un caso concreto legal. Con esta noción, Crenshaw esperaba destacar el hecho de que en Estados Unidos las mujeres negras estaban expuestas a violencias y discriminaciones por razones tanto de raza como de género.

¿Qué es “interseccionalidad”? Según Kimberlee Crenshaw

Este enfoque nos ayuda a dilucidar, comprender y complejizar las problemáticas y los diferentes mecanismos de violencias que existen. En este sentido, creemos  que es sumamente importante pensar y re-pensar una ESI/EIS desde una perspectiva interseccional basada en los derechos humanos, la perspectiva de género y la prevención del estigma, la discriminación y las violencias.

Tipos de violencia

Gracias a las movilizaciones de los movimientos feministas y de disidencia sexo-genérica, hoy existe un extendido reconocimiento por parte de los Estados y la sociedad civil acerca de las violencias de género como una problemática social que demanda una atención urgente e integral. Este reconocimiento sumado a las legislaciones vigentes instrumentan posibles abordajes para la violencia tanto en el ámbito público como en el privado.

Podemos distinguir seis tipos de violencia:

Dirigida contra una persona con el objetivo de ocasionarle dolor, daño

y cualquier otra forma de maltrato que afecte su integridad física.

Género: significado social atribuido a las diferencias sexuadas. Esto incluye las normas, los roles y estereotipos de género, así como la identidad de género y la expresión de género.

Aquella que causa daño emocional, afecta la autoestima y/o perjudica el desarrollo personal. Suele darse en forma previa a la violencia física y/o sexual. Es la más habitual y cotidiana.

Toda acción que amenaza o viola el derecho a decidir sobre la propia sexualidad. Durante la infancia, adolescencia y juventud, una de las manifestaciones críticas de la VBG es la violencia sexual. El concepto se utiliza como un paraguas para contener distintos actos de abuso y violencia, incluyan o no un contacto sexual. Por ejemplo: abuso sexual, incesto, violación, violencia sexual en el contexto de citas o vínculos íntimos, explotación sexual, grooming, sexting y abuso sexual sin contacto.

Es la relacionada con la afectación de los recursos económicos o patrimoniales. Incluye situaciones dirigidas a perturbar la posesión de los bienes personales.

Se presenta a través de estereotipos que naturalizan y reproducen prácticas de discriminación, opresión y desigualdad en las relaciones sociales.

Es la destinada a menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir la participación política, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencia y/o el derecho a participar en los asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con los varones.

El iceberg de las violencias

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Según Johan Galtung, el fenómeno de la violencia puede ser representado mediante un triángulo, en analogía con un iceberg. Esta comparación es debido a que, de la misma forma en que solo es visible la punta del iceberg, así también lo único visible de los conflictos sociales es la violencia directa, mientras que la cultural y la estructural quedan ocultas.
El iceberg representa de una manera gráfica y metafórica cómo se van erigiendo, sobre una base invisible y naturalizada de prácticas violentas, otras formas de violencias visibles y más extremas. Las VBG y diversidades no son un problema individual (de una pareja o persona) sino que es un fenómeno social, que atraviesa distintos ámbitos de la vida (Cuadernillo de Ley Micaela en Argentina, 2021).

 

El estrés de minorización

Es un sistema desarrollado por Ian Meyer, para tratar de explicar las consecuencias negativas en la salud mental de personas que son percibidas fuera de las normas sociales y la cultura hegemónicas. Está vinculado a los procesos de minorización de identidades, los cuales sirven como sustento de diversas formas de discriminación, estigmatización, invisibilización, subordinación y violencia. 

El estrés de minorización está configurado por: 

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